viernes, 14 de marzo de 2008

Creatividad e inteligencia

Como la investigación de la creatividad se desarrolló a partir del criticismo de los métodos existentes de medición de la inteligencia, estos dos conceptos (creatividad e inteligencia) fueron considerados como opuestos, y no como complementarios.

En mi opinión, la creatividad complementa la inteligencia. En la jerarquía de las capacidades humanas, es el orden más alto de inteligencia.

La inteligencia es definida como la capacidad de acumular información y aplicarla a diferentes situaciones. La creatividad está basada en esta capacidad, pero la amplía por medio de la creación de nuevas relaciones entre los ítems de la información.
La inteligencia busca respuestas en lo que ha aprendido, en la categoría particular de la cual surge el problema, explota el pensamiento convergente, que conduce a la respuesta "correcta" (conocida previamente).

La creatividad usa el pensamiento divergente, busca varias respuestas, las encuentra en campos de conocimiento más amplios y variados. Estas respuestas interdisciplinarias no pueden ser siempre "correctas", ya que lo que es nuevo en la respuesta no está relacionado con ningún marco de referencia conocido previamente. Esta respuesta creativa será "buena" si es nueva, relevante (adecuada en términos del problema) y si amplía el campo de experiencia o conocimiento.

La inteligencia facilita la aplicación del conocimiento, o lo que se aprendió, a diferentes situaciones. La creatividad no es meramente la aplicación de los conocimientos, sino su utilización: la cristalización del potencial aplicado a la situación relevante.

Considero que esta última relación del desarrollo desde el ajuste a la cristalización es un campo en el cual la investigación de la creatividad puede hacer una de sus contribuciones más importantes para extender el concepto de inteligencia. Pienso que dicha extensión, o sea "permitirle al individuo la cristalización de todo su potencial", debe ser la meta de toda sociedad humanitaria (Landau, 1998).

El denominador común entre artistas y científicos

"Si la única arma que uno tiene es un martillo, uno se siente tentado a tratar todo como si fuera un clavo", con estas palabras, Abraham Maslow (1966) definió con precisión el peligro que enfrentan los terapeutas y los educadores; él evitó este peligro al liberarse así mismo tanto de la escuela behavorista (conductista) a la que pertenecía originalmente, como a la escuela analítica que adoptó posteriormente, para asumir un enfoque holístico en su trabajo.
Mucha gente ve en los artistas a personas con las antenas enfocadas hacia el futuro. Hieronimus Bosch, De Chirico, Tanguy, Salvador Dalí y Picasso fueron considerados profetas.

El artista, simplemente tiene la apertura y la sensibilidad que le permite percibir el presente. No profetiza hechos, los describe. Ve las cosas con cierta ingenuidad, como si las estuviera viendo por primera vez. Siempre está dispuesto a volver a nacer. Se atreve a formular y a decir lo que describe en su manera propia. Puede adentrarse, perder mucho tiempo en un detalle y luego observarlo desde cierta distancia para ver cómo se combina con el todo. Es capaz de identificarse con el objeto subjetivamente hasta el punto de renunciar a su propio "yo" y luego volver a tomarlo, dando un paso hacia atrás y mirando objetivamente con la finalidad de examinar y mejorar el objeto.

La característica especial del científico, tal como yo la veo, es la humildad, la modestia con la cual se concentra en un problema minúsculo en el agreste campo de la exploración que inicia. Tiene una gran tolerancia ante la frustración. A pesar de muchos fracasos, de los cuales nosotros nunca escuchamos, está dispuesto a volver a empezar una y otra vez. El científico tiene la habilidad de plantear preguntas concernientes al presente y al futuro y es conciente de los elementos de la dirección contenida en la formulación de su pregunta. No pregunta solamente "¿Por qué?" sino también "¿Cuál es la situación? ¿Qué sabemos sobre la situación? (incorporando el factor causal) ¿Qué queremos lograr? ¿Cuál es el propósito de esta acción? ¿Qué debemos hacer para lograr el resultado deseado?" También se anima a preguntar "¿Qué ocurrirá si...?"

Artistas, científicos y otras personas creativas tienen ciertas características en común:

- Apertura hacia el entorno
- Sensibilidad hacia problemas
- Flexibilidad para su solución
- Espíritu aventurero
que los lleva a lo desconocido y les da el coraje para jugar con elementos individuales incluso en campos de conocimiento no descubiertos hasta el presente.


"Tratarán de ver los elementos por sí mismos en una variedad de combinaciones (en una manera democrática, en la cual cada elemento es reconocido por su propio valor) y tratará de combinarlos en nuevas constelaciones" (Landau, 1990).


Goethe, en sus máximas, habla de la necesidad del artista y del científico de descubrir las leyes ocultas de la naturaleza.

Einstein compara el trabajo del científico "para descubrir la armonía de las estructuras de la naturaleza" con la del artista de "descubrir la estética oculta".
Pascal sostuvo que en cada artista hay un científico y viceversa. La diferencia radica en el enfoque: el artista captura las relaciones en su totalidad, mientras que el científico las analiza individualmente.
El físico David Bohm, considera que ambos se complementan entre sí. Al hablar de la percepción del todo por parte de artistas y científicos, lo compara con la creencia en Dios, que debe ser amado con el cuerpo, la mente y el alma.

Desde mi punto de vista, la creatividad es el denominador común de artistas y científicos. Tanto Picasso como Einstein pensaban en conceptos que eran familiares para otros, pero los integraron en una nueva relación que resultó en una nueva escuela artística o en una nueva teoría científica. En ambos, la creatividad no surgió de la nada sino que estuvo basada en conocimientos y experiencia, y en el coraje de adentrarse en campos nuevos, desconocidos e indefinidos.